La NBA nos ayuda a socializar, ya que tanto en los negocios como en el deporte, dirigir equipos para que sus miembros puedan tomar decisiones inteligentes y trabajar juntos para alcanzar el objetivo es un indicador rentable de productividad.
Dicen que el corazón solo tiene tiempo para bombear sangre y oxígeno, que son los que dan vida. Sin embargo, el gerente de campo de la NBA, Mike Krzyzewski, ha encontrado la mejor metáfora para relacionar este órgano vital con las decisiones inteligentes en un campo de juego a la hora de gestionar la motivación como estrategia de liderazgo.
Mike Krzyzewski, un aplicado y «activo predicador» de las situaciones competitivas de los equipos deportivos como fuentes de motivación para fijar objetivos perceptibles, realizables y al alcance de los grupos ejecutivos, es entrenador de la NBA. Fue director de la selección de baloncesto de Estados Unidos y un especialista en aplicar la gerencia a los programas de liderazgo empresarial mediante modelos y estrategias de trabajo en equipo para generar confianza.
Liderando con el corazón
Graduado de la Academia Militar de West Point, es el autor de la obra Liderando con el corazón (LEADING WITH THE HEART) en la que presenta sus puntos de vista sobre la gerencia y el baloncesto.
«Veo mi trabajo como un desafío de liderazgo. Lo mismo en un equipo de negocios, de la familia o de la iglesia»
Mike Krzyzewski, también conocido como «Williams», cuenta sus principios de liderazgo con los dedos de una mano. Cada uno representa la comunicación, la confianza, el interés por los demás, la responsabilidad colectiva y el orgullo. Apoya su argumento con el ejemplo de que cinco jugadores poco talentosos que forman un conjunto unido pueden ganar a un conjunto de cinco jugadores talentosos que juegan cada uno por su cuenta. La mano es una gran metáfora. Rechaza a quienes no optan por la crítica para expresar su opinión o contradecir decisiones en el terreno de juego.
Considera que el trabajo en equipo debe basarse en la reflexión, por eso, durante sus ejercicios de baloncesto aplicados a las estrategias gerenciales, no usa el silbato porque cree que eso lo distancia de su equipo.
El «juego de las estrategias de la gerencia» de Krzyzewski se basa en que los jugadores deben tomar decisiones en la cancha, en lugar de esperar a que lleguen las instrucciones desde el banquillo del técnico. «Tanto en los negocios como en el deporte es crucial saber dirigir al equipo para que sus miembros puedan tomar decisiones inteligentes, trabajar en conjunto y alcanzar el éxito».
Su mensaje es que las estrategias aplicadas por los equipos de alta competición en el terreno de juego tienen un gran impacto en los grupos de oficina de las empresas innovadoras. Esta corriente de liderazgo pone al baloncesto por encima del fútbol americano como deporte de moda en Estados Unidos, modelo que se popularizó en la época del auge manufacturero y que se centraba en que el director técnico tomaba todas las decisiones y los jugadores servían como piezas intercambiables. Hoy en día, tanto el estilo gerencial como las estrategias de juego de la NBA se corresponden con el ritmo del mundo de los negocios.
El error está en centrarse en los esquemas y las estrategias
«En el deporte, es un error muy común centrarse más tiempo en los esquemas y las estrategias que en quienes los ponen en práctica: los jugadores, que son, ante todo, personas».
En su papel de gerente de campo y promotor de estrategias creativas del juego del deporte para las salas de decisión de las empresas, Krzyzewski no se considera un entrenador de baloncesto, sino un líder que ejerce la profesión de adiestrador:
«En los momentos críticos debe surgir la imagen del líder, alguien que no se deje abatir por el sufrimiento ni se deje llevar por la tristeza, la ira o la debilidad ante la adversidad. Los líderes deben vencer ese tipo de emociones y destacarse por encima del grupo. La confianza es una cualidad que debe ir siempre ligada al liderazgo. No solo en el deporte, sino en cualquier organización, cada miembro del equipo debe desarrollar confianza. De lo contrario, el éxito nunca llegará.
«Mi éxito, como el de cualquier otro entrenador o líder de una organización, depende de las personas. Encestar es importante, pero más lo es la persona que encesta. Un error muy común en el deporte es centrarse más tiempo en los esquemas y las estrategias en lugar de dedicarlo a quienes los ponen en práctica: los jugadores, que son, ante todo, personas».
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