Las lecciones de liderazgo que los deportistas enseñan son un ritual que nace en un campo de batalla llamado estadio sin más armas que sus estados físicos y emocionales.

Las lecciones de liderazgo que nacen de los enfrentamientos y rivalidades retransmitidas al instante por los ecosistemas digitales de una mezcla cultural exaltada por la empatía, la hermandad y las habilidades atléticas de todas las razas distribuidas a lo largo y ancho del planeta representadas en la reunión transcultural llamada Juegos Olímpicos, son enseñanzas que los gerentes de las empresas tradicionales deberían gestionar.

De este momento tan escaso, cada cuatro años, los otros humanos gobernantes, políticos y fanáticos del crimen deberían aprender para jugar en contra de la aberrante práctica del poder en bombarderos y drones que matan niños, ancianos y humildes en Siria, Irak, Turquía, Afganistán, Ucrania. Un ritual de tolerancia para vencer las creencias con las que se vistieron los fanáticos religiosos que llenaron de sangre el espacio libre de París, Estambul, Bruselas, Múnich, Orlando y muchos lugares de Ucrania.

Lecciones de liderazgo sin armas ni odios

Para ilustrar esta charla académica, voy a la historia de los campos de la batalla (llámese estadios) de Río de Janeiro 2016, Brasil. Aquí negros, blancos, musulmanes, cristianos, católicos, inmigrantes, refugiados y representaciones de género celebraron a rabiar la victoria y admitían la derrota como el proceso normal y plácido de la confrontación del talento en un campo de juego.

Los Juegos Olímpicos de Río me facilita citar diez gestos icónicos del deporte que transmitieron un fogonazo de mensajes para los llamados líderes políticos y gobernantes que lideran la guerra entre pueblos por el poder dominante de los commodities, la venta de armas, el fanatismo religioso y la perpetuidad en el poder. Son 10 mensajes inmersos en el deporte como el único transformador social que desactiva la violencia sin más armas que el respeto a la superioridad y la admiración por la gesta. Y el mejor arquetipo de gestión para conectar sociedades alrededor del apego emocional.

Lecciones de liderazgo: El racismo sin transpiración en la pista

La fiesta transcultural olímpica de Río de Janeiro nos permitió vivir momentos únicos como los espacios reclamados por el jamaiquino Usain Bold y su corte de velocistas negros para devorar segundos en las pistas sin ninguna voz de racismo en contra.

Sin el peso de una raza superior

El arte dibujado por las olas de las piletas tras el rítmico paso de los alargados brazos del blanco americano Michael Phelps sin la prepotencia de una raza superior. Nunca proclamó el color de su piel las veces que el himno y la bandera de su país lucían tras cada triunfo.

El eco de un país emergente

Río Olímpica hizo de la estrategia “Marca País Brasil” un arquetipo de gestión para responder por una costosa empresa de 12.000 millones de dólares en tiempos de crisis económica, política y social. Con la voz de gobierno casi extinguida, la empresa privada llevó el “testimonio” a la meta para liderar una empresa que diera reputación a 200 millones de brasileños.

Lecciones de liderazgo: Un modelo de gestión para el mundo

Río Olímpica nos enseñó la estrategia UK Sport con la cual Reino Unido planificó el objetivo de las 27 preseas doradas que le dieron el segundo lugar de la tabla de medallas olímpicas: “un programa de desarrollo con deportes y atletas esenciales, a partir de la plena satisfacción de todas sus necesidades”. Un ejemplo de empresa deporte para otros países.

El derrumbe de las barreras religiosas

El testimonio fue del voleibol de playa cuando dos pueblos muy diferentes demostraron en la pista que se puede convivir bajo la bandera del deporte, a pesar de los extremos religiosos. Por un lado, las alemanas con sus cuerpos bronceados y sus ajustados bikinis deportivos y por el otro las egipcias, que a pesar del calor, tenían sus cuerpos completamente cubiertos , una incluso llevaba un hiyab o velo en su cabello.

La fraternidad en momentos críticos

Lo transmitió el abrazo entre las atletas Nikki Hamblin, de Nueva Zelanda, y Abbey D’Agostino, de EE.UU. La primera se cayó e hizo que D’Agostino también se tropezara. Hamblin ayudó a la estadounidense a levantarse para terminar la carrera juntas.

El deporte como detonante de la superación social

Lo divulgó al mundo la judoca Rafaela Silva en la categoría de menos de 57 kilogramos. Fue el primer oro de Brasil en su fiesta deportiva. Silva creció en la favela Ciudad de Dios en Río de Janeiro y comenzó a practicar el deporte cuando su padre la llevó a un club social de judo. “El mono ha salido de la jaula y ha ganado un oro olímpico”, se escuchó de su voz al ganar. Es la líder de los deportistas brasileños contra el racismo, la homofobia y el machismo.

Un abrazo vale más que mil discursos

Un teléfono, una selfie y un par de sonrisas, fue el mensaje icónico para los líderes polìticos de dos naciones archienemigas. Sus protagonistas, las adolescentes Lee Eun-ju, de Corea del Sur, y Hong Un-jong, de Corea del Norte. El auto-retrato fue tomado durante un descanso mientras se entrenaban para las competencias de gimnasia. Ambos países están técnicamente en guerra.

El juego limpio por encima de las rivalidades políticas

El Comité Olímpico Internacional (COI) expulsó al deportista (judo) egipcio Islam El Shehaby, por considerar su comportamiento “contrario a las reglas del juego limpio y al espíritu de amistad propia en una olimpiada”. Se había negado a darle la mano al israelí Or Sasson al final de un combate, que le había vencido en la categoría de más de 100 kilos. Un ejemplo que deberían seguir organismos como la ONU o la OEA en tiempos de fisuras democráticas y violación de los derechos humanos.

El gesto de visibilidad contra la violación de los derechos humanos

La atrevida protesta contra su propio gobierno la hizo el corredor de maratón de Etiopía al pasar la meta. Feyisa Lilesa, ganador de la medalla de plata, cruzó los brazos por encima de su pecho, un gesto típico del grupo étnico Oromo, que ha sufrido brutales redadas de la policía. “El gobierno etíope está matando a mi gente, así que respaldó todas las protestas en cualquier lugar ya que Oromo es mi tribu. Mis familiares están en la cárcel y si hablan de derechos democráticos los matan. Levanté las manos para apoyar la protesta en Oromo”.

Author

Soy un mercadólogo, periodista y productor U-Learning. En este blog presento ideas y consejos para la gestión de los desafíos de la industria del deporte 4.0. ...Más...

1 Comment

Write A Comment

Total
0
Share
X

Contraseña olvidada?

Crea tu cuenta