La industria del deporte 4.0 recibió el contundente efecto de la pandemia. Un suceso económico violento que obliga al sistema a repensar y adaptar la gestión a un nuevo orden económico de la economía.
La industria del deporte 4.0 se enfrenta a los desafíos de construir sobre lo derribado desde un nuevo modelo de producción retador para los llamados líderes de la era pos-COVID -19. Llega la convocatoria para los llamados capaces de diseñar modelos de productividad de un nuevo orden económico que no aceptará los hasta ahora arquetipos de administración. Será un nuevo modelo de gerencia sin lugar para aquellos dirigentes con escasez de talento para gestionar las crisis como oportunidad.
Industria del deporte 4.0: Crisis y desafíos
Los desafíos de construir sobre lo derribado desde un nuevo modelo de producción será retador para los llamados líderes de la era pos-COVID -19. Vendrá la convocatoria de los capaces para diseñar los modelos de un nuevo orden de producción que no aceptará los hasta ahora arquetipos de administración. Será un nuevo modelo de gerencia sin lugar para aquellos dirigentes con escasez de talento para gestionar las crisis como oportunidad.
La era pos-COVIC-19 impone repensar la administración con una planificación adaptada a las preferencias de un consumidor ubicuo, que todo lo quiere desde sus propios canales interactivos, y que se confina para vivir las experiencias del apego emocional desde las cómodas sillas de los estadios de las realidades Virtual (RV) y Aumentada (RA).
El nuevo juego del deporte lo acercará a la acción sin estar en la sede de los acontecimientos, gracias a la fusión de la conectividad con la tecnología inmersiva. Sin imposición y desde su casa, podrá elegir entre tomas aéreas, escenas de afuera del lugar, ponerse ante los ojos de sus ídolos y cantar frente a miles de personas o simplemente hacer la jugada ganadora.
El juego nunca programado
La vida y su modelo de productividad apenas asiste a un juego que nunca estuvo en su calendario. Llega a un estadio jamás pisado. Al frente un rival incorpóreo. Un entorno de espectadores ubicuos y autorizados para invadir el campo y para diezmar. Unos árbitros microscópicos que solo ven la justicia de casa. No hay un plan de juego al que pueda apelar para vencer a un opuesto que con su mortal estrategia infesta y devora todo lo sostenible de su mayor enemigo, la vida.
Y es que el mundo del deporte al que todavía consideramos “normal” en reciente pasado, tampoco se pudo sostener al embate de la pandémica lista de víctimas que merma todo el espectro de la actividad humana. Nada queda de pie. El virus no estratifica su mortal efecto entre ligas ricas y pobres, entre circuitos de estrellas y campeonatos de aficionados.
Prosperidad económica y vital, mutó a colapso y muerte.
Al incubar en el pulmón económico y financiero de un paciente con antecedentes de improvisación, la COVID-19 se desarrolla en un negocio que ya estaba en crisis.
Su recuperación necesitará de visionarios para gestionar las medidas de control con las cuales adaptar sus portafolios a un nuevo orden económico asentado en modelos de salarios y fichajes regulados para una incipiente industria, a los bajonazos de los precios de las hasta hoy fuentes primarias de ingresos como los derechos de televisión y el patrocinio (no serán los mismos ni en costo ni en oferta), al distanciamiento social en los estadios….a la caída de la opulencia de los sucesos deportivos masivos y de todas las formas mercantiles que mantenían el equilibrio financiero de una inestable economía como la del deporte.
Y, ¿qué viene ahora?
Esta es la gran pregunta de la humanidad.
Me apresuro a buscar algunas respuestas.
Podríamos decir: un nuevo orden económico o una nueva era de producción.
Pero hay una respuesta de mayor peso.
Se llamada el mundo 4.0, formado por dos (2) variables que apuraron sus procesos con la pandemia: Una, la economía 4.0 o economía digital, y la segunda, la Cuarta Revolución Industrial
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