AULA industria del deporte

Fifa, ¿quién corrompe a quién?

Fifa y corrupción: el fervor emocional alrededor de las habilidades competitivas de los futbolistas elevado al delito.

El paradigma se derrumba: “somos una república independiente y soberana con leyes únicas extendidas en cada uno de nuestros 209 países socios: Yo, FIFA”.

Este, era hasta ayer, un sofisma que durante años propagó al mundo un grupo de dirigentes del fútbol que convirtieron el fervor emocional alrededor de las habilidades competitivas de los atletas” en un negocio criminal, que no solo engorda sus longevas barrigas sino sus cuentas camufladas en casas financieras cómplices que ocultan millones de dólares no declarados para luego llevarlos a paraísos fiscales.

El negocio gestionado al estricto rigor de las leyes soberanas de la República Independiente FIFA, consiste en empaquetar el futbol como un producto para el mercado de las emociones. Y que marcas comerciales y regímenes de todas las ideologías compran para persuadir consumo y calmar explosiones sociales.

El fingimiento y engaño artificioso de la Fifa, es perfecto. Diseñar e imponer leyes, las que llama reglamentos de campeonato, que sus socios en cada uno de los 209 países afiliados deberán ejecutar con la producción de juegos locales, nacionales, regionales y continentales entre clubes, y extendido a selecciones nacionales a las que ordena por zonas para llevar las mejores a un ritual de consumo en un país que gana la sede tras una licitación dirigida “para el que más dinero y más garantías mercantiles ofrezca a su exclusivo negocio”.

El delito se desarrolla en toda una cadena de producción, de la cual participan clubes, ligas y federaciones; patrocinadores, empresas mediáticas, agencias de marketing, agentes y los gobiernos de las 209 naciones de su mercado.

Todos conectados con las leyes de la casa matriz ubicada en Zúrich y gobernada desde una presidencia global que se hace acompañar de un séquito de vicepresidentes de la más rancia y longeva estirpe gamonal de su comarca, la mayoría solo con el rótulo de “dirigentes comprometidos con la causa del fútbol”, pero que en la práctica son auténticos vividores del deporte.

¿Quién corrompe a quién?

Es una mezcla que compromete a toda la cadena de producción.

Las agencias de marketing intermediarias y por efecto,  directamente los directorios ejecutivos de las marcas interesadas en el producto fútbol como vehículo de ruido y respuesta en la vitrina.

La mayoría de los ardides del escándalo de corrupción, fueron sobornos pagados por ejecutivos de marketing de compañías deportivas a funcionarios de la FIFA en conexión con la comercialización de derechos de las eliminatorias a la Copa del Mundo en la región de la Concacaf, la Copa América de la Conmebol, la Copa Libertadores y la Copa Mundo de Brasil 2014.

Las empresas mediáticas que visten sus portafolios con las retransmisiones del fútbol. Para lograrlo en un competido y exclusivo mercado son víctimas de los intermediarios de derechos audiovisuales que ponen altos precios para ganar la garantía preferente. El excedente entre el coste real y el sobreprecio es la coima para los dirigentes de las organizaciones deportivas dueñas de los derechos.

Gobiernos afanados por rentas mediáticas que se atreven a postular ciudades para recibir las ofertas de la Fifa de campeonatos transcontinentales. Por lo general la sede elegida es el resultado de mucho dinero bajo la mesa y que tiene como receptores los presidentes y delegados de las Federaciones, únicos facultados para votar.

El suceso fiscal que derrumba el modelo de soberanía

“Después de décadas de corrupción descarada, el fútbol internacional organizado necesita un nuevo comienzo, una nueva oportunidad para que sus instituciones de gobierno puedan proporcionar la supervisión y el apoyo sincero de un deporte que es amado en todo el mundo”.

Loretta Lynch, fiscal general del Estados Unidos.

Los nombres expuestos a la luz pública por la fiscal general del Estados Unidos, Loretta Lynch, son apenas parte del eslabón del crimen.

La primera redada del clan mafioso Fifa, muestra el gran alcance del Departamento de Justicia cuando el sistema financiero estadounidense está involucrado. El flujo de fondos ilícitos a través de instituciones financieras de Nueva York le dio jurisdicción para abordar el caso con lo cual se derrumba el blindaje jurídico global que argumentaba la Fifa para decretar la inmunidad de sus miembros en las 209 naciones socias.

El histórico asalto del Departamento de Justicia de Estados Unidos al corazón de la Fifa por lavado de dinero, crimen organizado y fraude electrónico, en adelante habilita al sistema penal de todos los países que pertenecen al más holding del deporte a investigar, detectar y acusar sobre cualquier asomo de un ilícito que una Federación deportiva incurra, tanto en lo corporativo como en las manos ligeras de sus directivos.

Pero más allá, es la gran oportunidad de reinventar el modelo del fútbol federativo con el cambio hacia una nueva generación que adapte la transparencia deportiva y mercantil como regla de oro de un negocio que desarrolla su producción en la visibilidad de una de las bellas expresiones artísticas del talento humano.

Un trabajo arriesgado e inmediato de las asociaciones de futbolistas, entrenadores y todos aquellos expuestos a los daños de sus marcas e interesadas en reconstruir una cultura de fuertes prácticas éticas para restaurar la confianza de los consumidores del producto de entretenimiento de mayor consumo global: el fútbol.

Soy un mercadólogo, periodista y productor U-Learning. En este blog presento ideas y consejos para la gestión de los desafíos de la industria del deporte 4.0. ...Más...

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