Es el juego de la curva de envejecimiento. Todavía es muy difícil valorar la influencia positiva de un líder de edad cuyas aptitudes físicas han disminuido pero cuyo carácter hace que todos en el equipo mejoren su juego.
Muchas veces la edad productiva o la curva de envejecimiento se vuelve en cómplice de la exclusión del talento, tanto en el caso del deporte como en la gestión del conocimiento de las empresas tradicionales.
¿Acabará la analítica moneyball con la lealtad y el liderazgo? Lo plantea el investigador del Sloan School’s Center for Digital Business en el Massachusetts Institute of Technology y autor de Serious Play, Michael Schrage en un reciente escrito para Harvard Business Monday Morning.
Socializo esta interesante reflexión no solo para los gestores de las organizaciones deportivas que parecieran carecer de ojos y oídos ante el estado calamitoso de la economía global, sino para los acuciosos ejecutivos de las empresas tradicionales que sensibles por la innovación consideran la edad productiva como proporcional al rendimiento.
La pregunta de Michael Schrage abre un debate centrado en los indicadores que deberían gestionarse para negociar el precio del trabajo valorado entre el rendimiento del reciente ayer, la productiva actual y el futuro potencial.
Como lo describe el guión de la película Moneyball, dirigida por Bennett Miller y protagonizada por Brad Pitt y Jonah Hill, argumentado en la historia real de Billy Beane, gerente general del equipo Atléticos de Oakland, el arte de ganar se convierte en un juego injusto. Y la edad productiva en cómplice de la exclusión del talento, en el caso del deporte, y de la gestión del conocimiento, en las empresas tradicionales.
Aunque el conocimiento no debería ser medible por la edad, el futuro potencial importa más que el desempeño pasado.
Este conflictivo suceso de la vida productiva es para Michael Schrage un nuevo consenso cuantitativo que está remodelando a los atletas profesionales. Después de examinar a fondo los números, las franquicias más inteligentes han tomado una decisión colectiva: No van a pagar un alto precio por el ayer. Atletas emblemáticos del FC Barcelona al Manchester United, de los Osos de Chicago a los Patriotas de Nueva Inglaterra, han sido liberados eficazmente.
Para Schrage, la analítica pregunta ¿Qué has hecho por mí últimamente?, es un cliché anacrónico. Las preguntas ahora son: ¿Qué tan bien lo vas a hacer mañana? Y ¿Cómo puedo estar seguro?
El carácter distintivo de esta próxima generación moneyball que ahora está transformando los deportes tiene enormes implicaciones sobre cómo los dirigentes de alto rendimiento van a incentivar a los triunfadores del mañana. El valor económico de pronosticar metodologías está redefiniendo los valores culturales de la lealtad y el liderazgo. Ayer es un costo hundido.
Schrage enriquece su comentario con las percepciones sobre el tema de Daryl Morey, el gerente general de los Rockets de Houston de la NBA y pionero en traer analítica cuantitativa al básquetbol profesional:
“Sí, la tendencia es pagar por desempeño futuro; con esto quiero decir desempeño futuro pronosticado. Mi trabajo es elevar nuestras posibilidades de ganar juegos y ganar campeonatos, y esas cosas suceden yendo hacia delante, no viendo hacia atrás.”
Pero, cuando se trata del mundo de los negocios, Morey reflexiona que no hay “curva de envejecimiento” para una habilidad como el mercadeo: “No podemos decir que después de los 50, este tipo no volverá a tener otra buena idea.”
“Pero, ¿por qué no?”, reflexiona Schrage. Y plantea:
“Si usted maneja una empresa como Unilever o Ford, tiene inquietudes por asegurarse la mejor retribución posible por su talento. El truco, el cual admite Morey, es que todavía es muy difícil valorar la influencia positiva de un líder de edad cuyas aptitudes físicas han disminuido pero cuyo carácter hace que todos en el equipo mejoren su juego. Nadie niega la realidad o importancia de estos fenómenos de organización. Pero esa no es la dirección hacia donde las medidas moneyball de hoy han estado yendo”.
Schrage concluye sus apreciaciones, interpretando las palabras de Bill Parcels, el entrenador de fútbol ganador del Super Bowl, famoso por decir: “Tú eres lo que tu récord dice que eres.” Hoy, eso ya no es verdad. Tú eres lo que la analítica predice que serás. Eso cambia el contrato social – así como el profesional. ¿Sabes en dónde estás en la curva del envejecimiento? ¿Tu jefe lo sabe?
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